El taller de la traducción
viernes, 18 de mayo de 2012
Las herramientas TAO: Déjà Vu y otros programas
lunes, 23 de abril de 2012
Prácticas en empresa (2/2)
domingo, 22 de abril de 2012
Prácticas en empresa (1/2)
miércoles, 4 de abril de 2012
Pre-edición y post-edición de textos
En esta práctica el objetivo ha sido comprobar cómo mediante la inserción de pequeñas modificaciones en el texto que se va a traducir, las herramientas de traducción automática, como Google Translate, pueden ofrecer un mejor resultado. Hemos empleado un fragmento de un texto técnico redactado en inglés (extraído de un manual de un vehículo) y hemos trabajado sobre el texto traducido al español. Esto es algo fundamental a la hora de trabajar con herramientas de traducción automática, ya que la objetividad, la univocidad y la sencillez formal de este tipo de discursos facilitan en gran medida la labor de traducción. La práctica ha constado de las siguientes fases:
1.- Analizar las características clave del texto
2.- Traducir el texto con Google Translate
3.- Analizar el resultado de la traducción
4.- Aplicar al fragmento original unas directrices de pre-edición
5.- Traducir de nuevo el texto y aplicar unas correcciones de post-edición
Sin duda, el texto traducido que ha sido pre-editado tiene un menor número de incorrecciones que el texto que no ha sido modificado previamente. A pesar de todo, todavía siguen existiendo errores e incluso aparecen algunos que no existían en la traducción no pre-editada (la repetición de un verbo en el caso de oraciones coordinadas supone no conjugar el segundo). En cualquier caso, ya sea con la ayuda de la pre-edición o sin ella, el resultado que ofrecen este tipo de herramientas (Google Translate en este caso) es bastante aceptable. Debo decir que me esperaba cualquier desastre, pero el texto traducido, a pesar de ciertos errores, era sobradamente legible.
Llegados a este punto, uno vuelve a hacerse esa pregunta: ¿qué será de la traducción humana de aquí a unos años? No hay que alarmarse. Si bien es cierto que los textos técnicos, por sus características inherentes, son susceptibles de una mejor traducción automática, no ocurre lo mismo con otro tipo de textos (económicos, jurídicos, literarios…). Es posible que la traducción técnica acabe asociada a una traducción automática, pero, al menos por ahora, precisa de una corrección humana. En cuanto al resto de especialidades, pueden estar tranquilas: los traductores automáticos no saben hilar tan fino. Hay otros campos, como la traducción literaria, en los que plantear esta cuestión, sencillamente, no tiene ningún sentido.
sábado, 24 de marzo de 2012
Alineación de textos
La alineación de textos constituye una tarea importante en la labor del traductor por su utilidad. Los programas informáticos que realizan esta operación son capaces de leer dos textos, original y traducción, y alinear los segmentos con el fin de establecer correspondencias. El fin último es crear una memoria de traducción y poder aprovechar así la terminología de ambos documentos. La alineación de textos suele ser una tarea frecuente en el mundo profesional. A menudo, el cliente proporciona a la agencia o al traductor freelance una serie de textos (originales y sus correspondientes traducciones) y le pide que siga esa terminología. Los programas de alineación ofrecen la solución perfecta para poder sacar el máximo partido a esos recursos, ya que de una forma relativamente rápida pueden crear una memoria de traducción.
Los programas que hemos manejado en clase han sido WinAlign (incluido en el paquete de Trados), Déjà Vu y Bitext. En general, todos funcionan de la misma manera, aunque cada programa presenta sus propios botones y particularidades. Lo primero que tenemos que saber antes de utilizarlos es la extensión o extensiones con las que son compatibles. En muchas ocasiones, es necesario convertir archivos a la hora de trabajar con estos programas. Una vez hemos cargado los textos, el alineador nos presentará las correspondencias entre los segmentos del original y la traducción. En una segunda fase, el traductor verificará que efectivamente esas correspondencias son correctas. Las modificaciones suelen limitarse a unir o separar segmentos. Finalmente, se procederá a exportar el archivo revisado para crear la memoria de traducción.
WinAlign es un programa que ya había manejado en la agencia de traducción donde estoy realizando las prácticas. Como decía, es una herramienta bastante útil, tal y como he comprobado en los últimos meses, sobre todo cuando el cliente pide que se respete la terminología de otros documentos y no existe todavía una memoria de traducción. WinAlign, y el resto de programas de este tipo, permiten justamente eso: la creación de una memoria a partir de unos documentos de referencia.
En las próximas entradas, además de seguir comentando lo que vamos viendo en clase, me gustaría reflexionar también sobre mi experiencia como traductor en una agencia y compartirla con vosotros. Me centraré en el manejo de programas informáticos pero también en otros aspectos más generales del día a día en una agencia de traducción, algo que quizá os interese más.