viernes, 18 de mayo de 2012
Las herramientas TAO: Déjà Vu y otros programas
miércoles, 4 de abril de 2012
Pre-edición y post-edición de textos
En esta práctica el objetivo ha sido comprobar cómo mediante la inserción de pequeñas modificaciones en el texto que se va a traducir, las herramientas de traducción automática, como Google Translate, pueden ofrecer un mejor resultado. Hemos empleado un fragmento de un texto técnico redactado en inglés (extraído de un manual de un vehículo) y hemos trabajado sobre el texto traducido al español. Esto es algo fundamental a la hora de trabajar con herramientas de traducción automática, ya que la objetividad, la univocidad y la sencillez formal de este tipo de discursos facilitan en gran medida la labor de traducción. La práctica ha constado de las siguientes fases:
1.- Analizar las características clave del texto
2.- Traducir el texto con Google Translate
3.- Analizar el resultado de la traducción
4.- Aplicar al fragmento original unas directrices de pre-edición
5.- Traducir de nuevo el texto y aplicar unas correcciones de post-edición
Sin duda, el texto traducido que ha sido pre-editado tiene un menor número de incorrecciones que el texto que no ha sido modificado previamente. A pesar de todo, todavía siguen existiendo errores e incluso aparecen algunos que no existían en la traducción no pre-editada (la repetición de un verbo en el caso de oraciones coordinadas supone no conjugar el segundo). En cualquier caso, ya sea con la ayuda de la pre-edición o sin ella, el resultado que ofrecen este tipo de herramientas (Google Translate en este caso) es bastante aceptable. Debo decir que me esperaba cualquier desastre, pero el texto traducido, a pesar de ciertos errores, era sobradamente legible.
Llegados a este punto, uno vuelve a hacerse esa pregunta: ¿qué será de la traducción humana de aquí a unos años? No hay que alarmarse. Si bien es cierto que los textos técnicos, por sus características inherentes, son susceptibles de una mejor traducción automática, no ocurre lo mismo con otro tipo de textos (económicos, jurídicos, literarios…). Es posible que la traducción técnica acabe asociada a una traducción automática, pero, al menos por ahora, precisa de una corrección humana. En cuanto al resto de especialidades, pueden estar tranquilas: los traductores automáticos no saben hilar tan fino. Hay otros campos, como la traducción literaria, en los que plantear esta cuestión, sencillamente, no tiene ningún sentido.
sábado, 24 de marzo de 2012
Alineación de textos
La alineación de textos constituye una tarea importante en la labor del traductor por su utilidad. Los programas informáticos que realizan esta operación son capaces de leer dos textos, original y traducción, y alinear los segmentos con el fin de establecer correspondencias. El fin último es crear una memoria de traducción y poder aprovechar así la terminología de ambos documentos. La alineación de textos suele ser una tarea frecuente en el mundo profesional. A menudo, el cliente proporciona a la agencia o al traductor freelance una serie de textos (originales y sus correspondientes traducciones) y le pide que siga esa terminología. Los programas de alineación ofrecen la solución perfecta para poder sacar el máximo partido a esos recursos, ya que de una forma relativamente rápida pueden crear una memoria de traducción.
Los programas que hemos manejado en clase han sido WinAlign (incluido en el paquete de Trados), Déjà Vu y Bitext. En general, todos funcionan de la misma manera, aunque cada programa presenta sus propios botones y particularidades. Lo primero que tenemos que saber antes de utilizarlos es la extensión o extensiones con las que son compatibles. En muchas ocasiones, es necesario convertir archivos a la hora de trabajar con estos programas. Una vez hemos cargado los textos, el alineador nos presentará las correspondencias entre los segmentos del original y la traducción. En una segunda fase, el traductor verificará que efectivamente esas correspondencias son correctas. Las modificaciones suelen limitarse a unir o separar segmentos. Finalmente, se procederá a exportar el archivo revisado para crear la memoria de traducción.
WinAlign es un programa que ya había manejado en la agencia de traducción donde estoy realizando las prácticas. Como decía, es una herramienta bastante útil, tal y como he comprobado en los últimos meses, sobre todo cuando el cliente pide que se respete la terminología de otros documentos y no existe todavía una memoria de traducción. WinAlign, y el resto de programas de este tipo, permiten justamente eso: la creación de una memoria a partir de unos documentos de referencia.
En las próximas entradas, además de seguir comentando lo que vamos viendo en clase, me gustaría reflexionar también sobre mi experiencia como traductor en una agencia y compartirla con vosotros. Me centraré en el manejo de programas informáticos pero también en otros aspectos más generales del día a día en una agencia de traducción, algo que quizá os interese más.
sábado, 10 de marzo de 2012
Gestión de proyectos
En el transcurso de las últimas clases nos hemos centrado en cómo gestionar un proyecto de traducción. Se trata de una tarea fundamental que tiene como objetivo saber responder a las necesidades que plantea cada proyecto. Son muchos los factores que se deben tener en cuenta a la hora de realizar la gestión. Uno de los más importantes es el tiempo, es decir, el plazo de entrega del que disponemos (tras negociar con nuestro cliente) para terminar el proyecto. Se trata de un factor clave ya que va a condicionar en gran medida otras decisiones, como el número de traductores que se van a necesitar o los días que se van a dedicar a cada una de las fases del proyecto.
En primer lugar, se ha de realizar una evaluación general, lo que nos permitirá planificar mejor el trabajo y poder presentar un presupuesto al cliente. Los factores más importantes que se han de tener en cuenta a la hora de realizar dicho presupuesto son el tipo de texto (su grado de especialidad), el número de palabras, los idiomas que entran en juego y la existencia o no de imágenes que requieran de traducción, así como la posible maquetación final. Después de la evaluación y confirmación del proyecto, se procederá a su planificación, atendiendo a todos los factores que ya hemos comentado más arriba. Después de la ejecución del trabajo, es fundamental realizar un control con el fin de comprobar que efectivamente todo se ha realizado de la manera prevista. Por último, se procede al cierre del proyecto con el envío de la traducción al cliente.
La práctica que hemos realizado para este tema ha consistido en la gestión de un proyecto sobre una traducción técnica del inglés al español y al francés. El proyecto tenía que estar acabado en 30 días, por lo que la distribución de las tareas y los recursos humanos y materiales debían ajustarse al plazo acordado. Para la realización de la práctica hemos usado una hoja de Excel, en la que los cálculos se han hecho en función de una serie de métricas. Por ejemplo, la velocidad media de traducción se suele situar en unas 2.500 palabras al día, mientras que la de corrección en unas 7.000. A la hoja de Excel le adjuntamos también un pequeño diagrama de Gantt, una herramienta muy útil que sirve para representar gráficamente los días que se dedican a cada una de las tareas del proyecto dentro de un plazo total determinado.